miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿Es Zapatero marxista?


Artículo de Luis de Velasco publicado en La República de las ideas.es, el 22-9-2010

Algunos pensaban ( pensábamos) que Le Pen no era un cuerpo extraño en la Unión Europea sino el heraldo de nuevos tiempos, el avanzado de un pensamiento que otros después, no mucho después, seguirían. Tema central,la inmigración, la presencia del “otro”. Luego apareció Berlusconi, al que nadie de sus colegas en la Unión ha enfrentado. Al contrario, fueron esos mismos dirigentes los que aprobaron la denominada Directiva de la Vergüenza y son los mismos que hoy han callado ante la limpieza étnica de los gitanos en Francia a cargo del gobierno Sarkozy. Le Pen y su distinguido alumno Berlusconi van ganado. Lo anormal se convierte en normal en una UE que siempre ha alardeado de lo que hoy carece. Todos los dirigentes europeos, respaldando a Sarkozy y atacando a la comisaria Reding quien tuvo la valentía de enfrentarlo, han añadido el insulto a la injuria. Al fin y al cabo se trata del ataque a la etnia más despreciada y marginada con el apoyo de gran parte de la opinión pública europea. Siempre con el trasfondo de la inmigración, crecimiento de la ultraderecha xenófoba, lo último hasta ahora, en Países Bajos y Suecia. En nuestro país, atención a Cataluña.
En lugar destacado entre los mariachis de Sarkozy, nuestro presidente Zapatero ( y Rajoy desde la barrera) que acudía prestamente en auxilio del vencedor mientras, en una muestra más del absoluto desorden que caracteriza su gobierno (¿), su grupo parlamentario presentaba en el Congreso una iniciativa condenando esa decisión del gobierno francés de expulsiones colectivas.
Esa decisión de apoyo irrestricto a Sarkozy ¿habrá violentado “ los principios” de Zapatero, esas bellas palabras que normalmente le acompañan, de solidaridad, equidad, integración, apoyo a los más débiles? Hace poco le oíamos proclamar que su reciente política de austeridad, un giro de ciento ochenta grados respecto de planteamientos y decisiones anteriores, con importantes recortes sociales que perjudican a esos más débiles, no violentaba “sus” principios. Anteayer mismo, en su intervención ante la Asamblea de Naciones Unidas, otra vez reaparecía el Zapatero de los principios de solidaridad, etc. con una propuesta de gravar las transacciones financieras internacionales, algo frontalmente rechazado por la mayoría de gobiernos de la UE. Uno tiene la sospecha, incluso la certeza, de que se trata de “un saludo a la bandera”, de alardear de algo que sabe que no va ser realidad en ningún caso. Fuegos artificiales para la galería.
“Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros” decía Marx ( Groucho). Aceptemos, algo discutible, que Zapatero tenga principios. Sin duda que el único es el de mantenerse en el poder, en su puesto de trabajo, como sea y al coste que sea. A partir de ahí, se derivan esos otros “principios” a los que alude, principios a los que se aplica plenamente la acertada frase de Groucho.
Luís de Velasco es economista y escritor.

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